Los ojos no

No quise ver desde el principio. Fue el oído el que me hizo darme cuenta que estaba en un lugar en el que se me pedía ser algo que no acababa de entender. Madre, esposa, hermana. Todo para los otros, a tal punto que no podía recordar qué era lo que me gustaba hacer. Tampoco puedo dormir. Y era en mis sueños en donde mejor escuchaba.

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