Volví a soñar, pero eran pesadillas. No me acuerdo de la trama, pero me despertaban mis gritos. Esto fue antes del accidente. En cambio, cuando perdí el control del coche, y pensé que me moría, tuve mucha calma. En cámara lenta sentí que el carro giraba y se estrellaba contra un árbol. No me pasó absolutamente nada, pero algo mío se murió ahí. Dicen que en un susto pierdes una de tus nueve almas. Algo así quedó ahí, en ese paisaje. Me resulta conmovedor que un árbol paró mi caída, y la posible volcadura del carro. Un árbol, como cuando fui a ver a Ana después de la muerte de Elso, que me recordó que estaba viva. Dañada, eso sí, pero a mi edad ¿quién no?
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