Infancia y eso

En mis sueños aparece la infancia como un lugar de silencio impuesto, de tremenda quietud para no romper algo de alarmante delicadeza, y una agobiante sensación de torpeza que me impide mover. Es un lugar violento emocionalmente y el rostro el único mapa posible. Hay algo en las fotos infantiles, en algunos retratos, en los que la mirada parece contener un presagio, una promesa de algo que sólo en el futuro adquiere sentido. En cambio, el cuerpo siempre habla del momento presente, de la sexualidad y el contacto con los otros. Lenguaje corporal. ¿Pero qué dice exactamente? Durante años recibí postales de mujeres desnudas que no miraban a la cámara, mujeres sensuales que se dejaban ver en momentos de cierta intimidad, no necesariamente provocativas sino cotidianas. Siempre me pregunté qué propiciaba esos envíos. Reconocía en los objetos y la atmósfera los temas de mis dibujos. Sólo la mujer me era inaccesible.

Ver galería

Tel. (52 777) 317 3956. Cuernavaca, Mor. México.
oficinamagalilar@gmail.com.